Cómo atraer y reclutar becarios y practicantes para tu empresa

Escrito por ManpowerGroup | 17/10/25

Sumar talentos jóvenes es una gran ventaja para las organizaciones, por eso es preciso encontrar el formato para hacerlo que mejor se adapte a cada cultura empresarial.

Los programas de becarios y practicantes se han convertido en una herramienta estratégica para las organizaciones que buscan renovar su talento, aportar innovación y construir una cultura laboral dinámica.

Contar con programas para el ingreso de becarios es importante para poder sistematizar el atraer y poder contratar a este talento que está dando sus primeros pasos. Su presencia en las organizaciones implica dedicarles tiempo para apoyar su formación, pero también traen beneficios y nuevas ideas.

Por eso, desde Talent Solutions queremos contarles cuáles son las estrategias más eficientes para atraerlos:

  • Marca empleadora: Para captar la atención de jóvenes en formación, es fundamental construir una imagen positiva como empleador. Esto implica tener presencia en universidades, redes sociales, ferias de empleo y ofrecer testimonios de antiguos practicantes. Mostrar que la empresa tiene valores claros, oportunidades de aprendizaje, responsabilidad social y ambiente colaborativo puede marcar la diferencia.
  • Alianzas con instituciones educativas: Es importante colaborar con universidades, institutos tecnológicos y bachilleratos para establecer convenios de prácticas. Las instituciones pueden ayudar a difundir vacantes, sugerir candidatos y validar perfiles. Además, participar como conferencista invitado o en talleres o seminarios permite visibilidad directa ante quienes buscan.
  • Ofrecer programas estructurados de aprendizaje: Los jóvenes buscan más que un espacio donde cumplir horas. Desean crecimiento, retos reales, mentores que los guíen, retroalimentación constante y proyección. Programas bien diseñados que definan roles, responsabilidades, evaluaciones periódicas y planes de desarrollo profesional son muy atractivos.
  • Incentivos atractivos: Aunque no todos los practicantes requieren un salario competitivo, sí valoran beneficios tangibles: remuneración adecuada (aunque sea parcial), horarios flexibles, posibilidad de trabajo híbrido, acceso a capacitación y vivencias laborales que fortalezcan el currículum.
  • Proceso de selección claro y transparente: Comunicar claramente los requisitos, las etapas del proceso, plazos, expectativas de desempeño y qué ocurrirá después. Un proceso rápido y bien comunicado genera confianza y mejora la experiencia, incluso si no todos los candidatos son seleccionados.
  • Cultura de inclusión, diversidad y valores reales: Los jóvenes son más conscientes sobre temas de equidad, medio ambiente, responsabilidad social y ética. Empresas que promueven estos valores tienen más posibilidades de atraer talento que comparte esos valores.

Los beneficios que aportan

Es cierto que incorporar a jóvenes talentos implica trabajar especialmente pensando en sus necesidades, pero también traen numerosos beneficios a las organizaciones. Entre los que se destacan:

  • Innovación y creatividad: Los jóvenes aportan nuevas ideas, perspectivas diferentes, frescura en procesos, y conocimiento actualizado de herramientas digitales. Esto puede generar mejoras, optimización de procesos y una cultura de innovación constante.
  • Formación de talento alineado a la cultura organizacional: Al incorporar becarios y practicantes la empresa puede formar perfiles adaptados a sus metodologías, valores y necesidades específicas, lo que reduce curva de aprendizaje si luego se incorporan como empleados fijos.
  • Mejora de la productividad y apoyo operativo: Aunque estén en formación, los practicantes pueden asumir tareas operativas, colaborar en proyectos menores, liberar carga de trabajo de roles sénior, lo que permite que el equipo core se enfoque en las actividades estratégicas.
  • Reducción de costos de reclutamiento y fidelización: Contratar talento joven ya dentro de la empresa suele ser menos costoso que buscar candidatos externos para puestos junior. Además, quienes se sienten valorados y se desarrollan tienden a permanecer más tiempo, reduciendo la rotación.
  • Responsabilidad social corporativa y reputación: Programas de jóvenes talentos envían señales fuertes de compromiso con la comunidad, educación y desarrollo. Ayudan a construir buena imagen ante clientes, proveedores, gobierno y sociedad. Pueden incluso generar incentivos fiscales o apoyos gubernamentales, dependiendo del estado o municipio.
  • Adaptabilidad al cambio tecnológico y digital: Los becarios suelen estar más al día con tecnologías emergentes, redes sociales, metodologías digitales. Pueden impulsar la transformación digital interna.

Las empresas que apuestan por jóvenes talentos no solo invierten en el presente, sino en su futuro: innovación, sostenibilidad organizacional, cultura sólida y ventaja competitiva.